Después de 30 años de investigación en el estrés, de acuerdo con la Dra. Sonia Lupien, neurocientífica canadiense de la McGill University, Montreal, explica que está comprobado que hay cuatro factores de una situación que provocan estrés, es decir, características que coinciden en lo que nuestro cerebro detecta como una amenaza.
A todos nos estresan cosas diferentes, pero las características que intervienen para que una situación se considere como “estresante” son las que a continuación se describen—cuantas más se cumplan, mayor será el estrés:
a) Novedad: que sea una situación nueva
b) Impredecibilidad: que llegue de improviso, que no te lo esperabas
c) Sensación de descontrol: que perdemos el control de la situación
d) Represente una amenaza a nuestra personalidad: si alguien cuestiona nuestra capacidad por ej.
Primero conocer estas 4 características, y encontrar un plan para abordar la situación. Será necesario definir qué puedo hacer y luego buscar una estrategia para combatirlo.
Lo que realmente nos estresa es la percepción que tenemos de nuestro entorno, es la forma en como nos relacionamos con las cosas que suceden y con las personas, pero no la situación en sí misma. Si logramos observar de manera consciente el pensamiento que nos detona el estrés, podríamos crear un espacio entre éste y la reacción inmediata a la que estamos acostumbrados. En el momento en que identifiquemos las emociones que sentimos cuando pensamos algo en particular, la sensación física que nos provoca y la situación estresora, asociada con los pensamientos de “deber hacer” o “tener que”, podríamos familiarizarnos con ello, y en la siguiente ocasión que suceda estaremos más capacitados para identificarla, detenernos y reaccionar de manera consciente, con calma, desde nuestro centro de serenidad interior.
Llena una tablita con la siguiente información describiendo lo que te estresa. Ej. Miedo a quedarnos solos; a ser despedidos…
Estresor | Sensaciones físicas | Pensamientos | Emociones | Rol | Debo qué / Tengo qué | Manejo o Estrategia |
La felicidad no consiste en la ausencia de estrés, la felicidad es un estado de paz interior que hay que cultivar diariamente, aprendiendo a relacionarnos con esas situaciones estresantes.
Hay factores estresantes absolutos y relativos. El absoluto supone una amenaza para tu supervivencia. Aunque hoy no hay un tigre o un león que amen ace con matarte, existen factores estresores relativos, mediante información amenazante diariamente, que deriva en un estrés crónico. Cuando no cumplimos con el orden impuesto, nuestro organismo se desajusta, nuestra mente genera una estado de ansiedad. Y hay que atenderlo para prevenir enfermedades como la diabetes, hipertensión, cardiopatías, bipolaridad, depresión, gastritis, colitis, entre otras.