Seguramente con esta “nueva normalidad” ya habrás notado lo complejo que puede ser mantener una vida laboral y familiar estable que no perjudique a tu bienestar personal, y esto probablemente se deba a tu falta de mindfulness (atención plena).
Parece falso, pero al mantener nuestros pensamientos ajenos al momento que estamos viviendo se presenta como un obstáculo para desarrollar nuestra capacidad de mindfulness.
Te aseguro que más de una vez mientras te encuentras en tu horario laboral estás pensando en todas las obligaciones que debes realizar a lo largo de tu día: lavar tu ropa, ayudar a los pequeños del hogar, encargarte de la comida o quehaceres del hogar, entre otras cosas. O por el contrario, cuando descansamos estamos pensando en todo lo que nos resta por hacer y ese es el problema, ya que al saturar a nuestro cerebro con miles de pensamientos ajenos al momento que estamos viviendo lo estamos distrayendo y no le permitimos enfocarse totalmente en lo que estamos haciendo, simple pero efectivo.
Vivir el presente, el aquí y el ahora de la manera más consciente es lo que persigue la práctica del mindfulness, pero hablando en tiempos de home office, esta práctica busca no sólo la relajación. Esto es un malentendido o mito común. De hecho, la relajación es un resultado natural por el hecho de meditar. Uno de los objetivos de la meditación con la técnica de mindfulness es monitorearte internamente, es la capacidad de la mente de observarse. Te guste o no lo que observes. La meditación es una práctica para familiarizarse con la mente y es un entrenamiento continuo y diario para desarrollar esa capacidad de no dejarse llevar por ese tren de pensamiento, de observar los pensamientos, pero sin juzgarlos, de no perderse, aprender a traer la atención continuamente al presente. Hay prácticas con objeto o soporte de tu atención –por ej. la respiración, los sonidos — y sin objeto, simplemente descansas tu atención en la atención misma.
Las empresas más responsables prestan cada vez más atención a esta problemática donde el ‘mindfulness’ se presenta como la herramienta por excelencia para combatirla.
Mantenernos presentes es un hábito que modifica positivamente nuestros días, sin embargo, lo que es necesario entrenar la atención como un músculo que nos permita tener el mejor rendimiento de nuestras capacidades cognitivas y emocionales. Es como ir al gimnasio, pero mental.
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